La primera y esencial de las razonas por las que hay que ahorrar agua es por solidaridad. Nuestro planeta Tierra está cubierto principalmente por agua, un 80%, y aunque parezca una cantidad relativamente grande solamente un 1% es agua dulce, apta para usos domésticos. Esta cantidad de agua debe alcanzar para hacer de hábitat de animales marinos, claves para nuestra cadena alimenticia; para regar los campos de cultivos; mantener los bosques húmedos y regar jardines; para los usos urbanos y domésticos; para usos industriales y para cada persona, planta o animal que tenga sed, ya que en el cuerpo humano fluye mucha más agua de la que nos imaginamos.
Desde otro enfoque totalmente diferente podemos decir que ahorrar agua es económicamente rentable, ya que no solo te ahorras el dinero del agua sino también el coste de los procesos que se utilizan para que esté caliente.
El agua es un bien común necesitado por todas y cada una de las personas de este planeta. El abuso o explotación de este recurso conlleva a unas consecuencias desastrosas perjudicando a todos aquellos necesitados de agua, nosotros mismos. Y es que no nos damos cuenta de la hermosura que tiene el agua y como el ciclo del agua va transcurriendo y transcurriendo sin la necesidad de la acción del hombre. Esto nos indica que el agua no es nuestra y que si la usamos hay que cuidarla porque después de nosotros vienen otros con la misma intención de uso.
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